Brian Arthur, uno de los economistas más influyentes de Silicon Valley, analiza cómo las empresas pueden adaptarse a un mundo de incertidumbre continua. En esta entrevista de Mckinsey, se aborda la importancia de adoptar un enfoque gradual y flexible en la toma de decisiones.
Sabemos que, hoy por hoy, las empresas están pasando un periodo de total incertidumbre. El COVID-19, la guerra en Ucrania, el deterioro de las relaciones con China, presiones inflacionarias, el aumento de la IA generativa y del trabajo híbrido y remoto, son algunos cambios que Brian Arthur menciona y que están generando un gran impacto en las empresas. Se ha perdido confianza en las bases de la economía, en los acuerdos comerciales, los arreglos financieros y la fiabilidad de la salud pública.
La incertidumbre, el no saber lo que pueda pasar, descarta el proceso racional de toma de decisiones que se enseña en la escuela de negocios, ya que -en muchos casos- no hay ningún cálculo lógico que se pueda aplicar. Se requieren diferentes habilidades y diferentes actitudes para este momento de mayor incertidumbre. Lo que se necesita es resiliencia y adaptación. Adaptarse a la incertidumbre, ser resilientes, tener estructuras más ligeras y más simples para que se puedan adaptar fácilmente.
Brian Arthur menciona que la adaptación radica en tener listo un repertorio de respuestas disponibles según sea necesario. Personas, planes, respuestas, ideas, posibilidades, actitudes y equipos que le permitan construir soluciones rápidamente. Un ejemplo de esto son las empresas de alta tecnología, pues su entorno las obliga a estar en constante cambio.
“Trabajar con lo desconocido es un estándar en tecnología. Significa tener jerarquías menos profundas, simplemente porque las personas que lideran estas empresas necesitan confiar en las personas que las llevan a la próxima tecnología…”
Las empresas actualmente necesitan tener a la mano la adaptación, tener una mentalidad flexible, que pueda lidiar con la incertidumbre y tenga la capacidad de dejar de lado las creencias restrictivas y muy arraigadas.
En conclusión, ahora es necesario trabajar las habilidades blandas en las empresas para que puedan enfrentar el miedo que genera la incertidumbre mediante la adaptación y la resiliencia. Para lograrlo, se compara el proceso de cruzar un río con la táctica de «sentir las piedras». Esto implica evaluar cuidadosamente cada paso y ajustar la estrategia según las circunstancias. Es fundamental estar abierto a adaptarse y evolucionar a medida que se avanza hacia la meta. Para lograr el éxito, es necesario mantener un equilibrio entre la planificación y la capacidad de respuesta. Esto implica tener una visión clara del objetivo final, pero también estar dispuesto a tomar decisiones sobre la marcha y aprender de los errores. Ser más flexibles.
Fuente: McKinsey & Company